jueves, 16 de octubre de 2014

Estreno de "EL POEMAZO" en Cosmopoética 2014

Que, un buen día, los organizadores del que muy probablemente sea el festival de poesía más importante de España te llamen y te pidan que les prepares un recital infantil para ser representado en el principal teatro de Córdoba, ante un público de entre 150 y 200 escolares por sesión, es, sin duda, una noticia fantástica, pero al mismo tiempo supone un desafío innegable. A él tuve que enfrentarme yo cuando, hace unos meses, la dirección de Cosmpoética 2014 me contrató precisamente para eso, para acercar la poesía a los niños y niñas cordobeses a través de un espectáculo inspirado en el modelo que estableció el célebre programa “El conciertazo” de La2 para enseñar a los peques a disfrutar de la música clásica, pero salvando las distancias, claro, porque en este caso todo el espectáculo debía crearlo y desarrollarlo yo sola, sin contar con un despliegue productivo ni remotamente parecido al de TVE.

De esa forma surgió “EL POEMAZO”, un espectáculo poético para niñas y niños a partir de 4-5 años, pensado para poder mostrarse en en auditorios y teatros con un aforo de hasta 200 butacas, pero también en colegios o bibliotecas ante grupos más pequeños. Se trata de un recital teatralizado y participativo, de aproximadamente una hora de duración, en el que la poesía se combina con música, imágenes, cuentos y juegos y en el que los protagonistas indiscutibles son, sobre todo, los niños y niñas, con los que realizo un viaje imaginario hasta el mágico Museo de Todo lo Perdido para encontrar un tesoro extraviado. La excusa que desencadena esta aventura poética está inspirada en el libro “Subasta Extraordinaria” (Ed. La Guarida), pero el recital incluye poemas de un buen número de autoras y autores españoles e hispanoamericanos.



Reconozco que antes del estreno estaba bastante nerviosa y con ganas de saber si los meses de trabajo empleados en cuidar cada detalle de “ElPoemazo” darían el resultado deseado y si mi público acogería bien esta propuesta que se sale de los formatos habituales a los que los más pequeños están acostumbrados. Pero he de decir que, afortunadamente, salvando pequeñas incidencias técnicas, normales en un estreno y que pudimos solucionar gracias al inestimable esfuerzo de los chichos y chicas de El Dispensario, todo salió de maravilla. A lo largo de tres mañanas recibí a unos 600 escolares –el día que menos había 180 butacas llenas y el que más unas 220– en la Sala Polifemo del Teatro Góngora que se llenó con el alboroto de los niños y niñas de siete colegios distintos . ¡Qué gozada! ¡No podéis imaginaros lo mucho que disfruté!

Después escuché los comentarios, vi las reseñas en la prensa, algunas fotografías… y, bueno, he decidido que esto no tiene que quedarse aquí. Ahora me gustaría llevar este montaje (técnicamente sencillo, económico y flexible en cuanto a que no requiere de unas instalaciones grandes o de características concretas) a colegios, teatros y bibliotecas de España o de cualquier país hispanohablante (de momento es en español, quizá algún día monte un “poemazo” en inglés, pero aún no puedo ofrecerlo). Así que, si estás leyendo esto y te interesa tener más información sobre la actividad, te invito a que pinches AQUÍ o a que contactes conmigo para que te haga llegar el dossier completo o responda a todas tus posibles dudas.




martes, 7 de octubre de 2014

Los cuentos secretos del Museo de todo lo perdido llegan a Sevilla y Córdoba

Se dice que quienes nos dedicamos a escribir y contar cuentos tenemos la suerte de llevar con nosotros cierta magia (la poderosa magia de la imaginación) allá a donde vamos. Por eso, no importa que nos encontremos en la bulliciosa plaza de un pueblo, en una modesta biblioteca de barrio o en una destartalada nave industrial: siempre conseguiremos ver el espacio como un lugar lleno de color y, con un poco de suerte, conseguiremos que así lo vean también quienes por diversos azares han llegado hasta ese lugar y ese momento para escuchar nuestras historias.

Sin embargo, hasta a las cuentistas como yo nos encanta entrar en un lugar que tiene su propia magia y poder disfrutar de la energía transportadora de las palabras en un clima cálido y acogedor.

Hace unos cuantos días tuve la fortuna de vivir una de esas maravillosas experiencias. Fue en Ínsula Barataria, una joven librería instalada en el sevillano barrio de Triana que desde que se inauguró ha abierto sus puertas a diversos narradores, artistas y magos, con la intención de crear un público fiel, amante de las historias y de los libros. Por esa razón, la librería tiene un precioso rincón de los cuentos con un decorado lleno de color y hasta efectos de iluminación que es todo un gozo.



Fue allí, ante un público impaciente y numeroso, formado por niñas y niños acompañados de sus mamás, papás, tías o abuelos, donde conté por primera vez los cuentos secretos del Museo de Todo lo Perdido, que me sirvieron para hacer la primera presentación oficial de "Subasta Extraordinaria" (publicado por La Guarida Ediciones y con unas fantásticas ilustraciones de Susana Rosique).


¿Que qué son los cuentos secretos del Museo de Todo lo Perdido? Pues las historias que están dentro de nuestro libro pero que el libro no cuenta: los cuentos que esconden algunos de los lotes que se venderán en esa "Subasta Extraordinaria" a la que solo se puede acceder abriendo la puerta de la imaginación.


Yo conté algunos de ellos, pero hay muchísimos más escondidos entre las páginas del libro (en las descripciones de los lotes, en las ilustraciones, en las palabras, en los silencios...) y por eso conté también el secreto de cómo encontrarlos y disfrutarlos. ¿Veis todas esas cabecitas atentas en la foto?


Días más tarde la alquimia de los cuentos volvió a conjurar maravillosos momentos, esta vez en Córdoba, en otra librería de esas "de toda la vida", con una librera de las que quisiera yo que hubiera muchísimas más, porque son personas que hacen que el mundo sea mejor, más agradable, más "vivible". Herme no sólo sabe de libros -especialmente de literatura infantil y juvenil-, sino que disfruta leyéndolos, recomendándolos y organizando actividades para despertar el amor por la lectura entre el público más joven. 


Por eso fue tan deliciosa la velada de cuentos en su librería, acompañada de unos peques que se portaron de maravilla y (esto a veces no es tan fácil de encontrar) de unos papás y mamás que también se portaron requetebién, prestando mucha atención a lo que estaba pasando y contribuyendo, con su imaginación, a abrir la puerta del Museo de Todo lo Perdido.




Otra vez la magia, las sorpresas, la risa, el cariño y todas esas cosas que hacen que cada día me guste más hacer estas cosas un poco locas con las que me voy ganando la vida.






ESTO NO ES UN CUENTO - La colección que abre una mirada al mundo

Como escritora, el nacimiento de cada uno de mis libros me produce una ilusión y un orgullo que cualquiera podrá fácilmente comprender. ...