martes, 7 de octubre de 2014

Los cuentos secretos del Museo de todo lo perdido llegan a Sevilla y Córdoba

Se dice que quienes nos dedicamos a escribir y contar cuentos tenemos la suerte de llevar con nosotros cierta magia (la poderosa magia de la imaginación) allá a donde vamos. Por eso, no importa que nos encontremos en la bulliciosa plaza de un pueblo, en una modesta biblioteca de barrio o en una destartalada nave industrial: siempre conseguiremos ver el espacio como un lugar lleno de color y, con un poco de suerte, conseguiremos que así lo vean también quienes por diversos azares han llegado hasta ese lugar y ese momento para escuchar nuestras historias.

Sin embargo, hasta a las cuentistas como yo nos encanta entrar en un lugar que tiene su propia magia y poder disfrutar de la energía transportadora de las palabras en un clima cálido y acogedor.

Hace unos cuantos días tuve la fortuna de vivir una de esas maravillosas experiencias. Fue en Ínsula Barataria, una joven librería instalada en el sevillano barrio de Triana que desde que se inauguró ha abierto sus puertas a diversos narradores, artistas y magos, con la intención de crear un público fiel, amante de las historias y de los libros. Por esa razón, la librería tiene un precioso rincón de los cuentos con un decorado lleno de color y hasta efectos de iluminación que es todo un gozo.



Fue allí, ante un público impaciente y numeroso, formado por niñas y niños acompañados de sus mamás, papás, tías o abuelos, donde conté por primera vez los cuentos secretos del Museo de Todo lo Perdido, que me sirvieron para hacer la primera presentación oficial de "Subasta Extraordinaria" (publicado por La Guarida Ediciones y con unas fantásticas ilustraciones de Susana Rosique).


¿Que qué son los cuentos secretos del Museo de Todo lo Perdido? Pues las historias que están dentro de nuestro libro pero que el libro no cuenta: los cuentos que esconden algunos de los lotes que se venderán en esa "Subasta Extraordinaria" a la que solo se puede acceder abriendo la puerta de la imaginación.


Yo conté algunos de ellos, pero hay muchísimos más escondidos entre las páginas del libro (en las descripciones de los lotes, en las ilustraciones, en las palabras, en los silencios...) y por eso conté también el secreto de cómo encontrarlos y disfrutarlos. ¿Veis todas esas cabecitas atentas en la foto?


Días más tarde la alquimia de los cuentos volvió a conjurar maravillosos momentos, esta vez en Córdoba, en otra librería de esas "de toda la vida", con una librera de las que quisiera yo que hubiera muchísimas más, porque son personas que hacen que el mundo sea mejor, más agradable, más "vivible". Herme no sólo sabe de libros -especialmente de literatura infantil y juvenil-, sino que disfruta leyéndolos, recomendándolos y organizando actividades para despertar el amor por la lectura entre el público más joven. 


Por eso fue tan deliciosa la velada de cuentos en su librería, acompañada de unos peques que se portaron de maravilla y (esto a veces no es tan fácil de encontrar) de unos papás y mamás que también se portaron requetebién, prestando mucha atención a lo que estaba pasando y contribuyendo, con su imaginación, a abrir la puerta del Museo de Todo lo Perdido.




Otra vez la magia, las sorpresas, la risa, el cariño y todas esas cosas que hacen que cada día me guste más hacer estas cosas un poco locas con las que me voy ganando la vida.






2 comentarios:

susanarosique dijo...

Es fantástico, querida Gracia! Qué ganas de revisitar el Museo contigo :-) Un abrazo!!

Gracia Iglesias dijo...

Igualmente, querida Susana. ¡Pronto empezamos la "gira" madrileña! :*

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